Nuestro guía nos esperará con su bicicleta eléctrica a las 10:00 am en el distrito de Trinidad llamado Casilda, en el cruce de la calle Real y Diego Velázquez. Allí hay un pequeño quiosco, donde también se podrá disfrutar de una bebida refrescante. Seguramente lo reconocerán por la bicicleta eléctrica y el letrero o camiseta de Cubyke, no al quiosco, si no al guía. Desde allí iremos caminando a recoger las bicicletas. (Como alternativa y previa solicitud, otro punto de encuentro se puede organizar para grupos privados). Después de una breve explicación sobre las bicicletas, el ajuste de la altura individual para cada cliente, una breve explicación sobre el estado de las carreteras cubanas, seguido de informaciones sobre las reglas del tráfico en la ciudad, comenzaremos nuestro recorrido.
El recorrido por Trinidad, Patrimonio cultural de la humanidad, ciudad fundada por Diego Velázquez en 1514 como el tercer asentamiento en Cuba, se iniciará desde Casilda. El rápido desarrollo inicial de Trinidad se debe a los descubrimientos de oro en el Río Guaruabo. Para entender mejor la historia, recorreremos los alrededores de la ciudad con nuestras bicicletas eléctricas, causando, sin dudas, admiración, pues a los cubanos les encantan nuestros medios modernos de transporte. Pasaremos por Playa Ancón y Playa La Boca, donde el explorador Hernán Cortez, en 1519, solicitó víveres y se equipó para su viaje de descubrimiento (para después descubrir México) y donde los pescadores locales todavía salen del pequeño puerto pesquero en sus botecitos para pescar barracudas, pargo, atún y aguja.
El tiempo parece haberse detenido aquí; a excepción de las instalaciones hoteleras y los bares de playa, poco ha cambiado a lo largo de la calle de la playa. Pedalearemos a lo largo de la costa de este mar caribeño y de la bahía de Casilda, donde, según la temporada y el nivel del agua, habitan muchas aves acuáticas. Nuestro recorrido nos conducirá al puerto de Trinidad, que se ubicó en este lugar en el pasado, para participar en el negocio de los barcos de oro y de esclavos, que viajaban entre América y España. La bendición y la maldición, influyeron al mismo tiempo en esta época, pues si bien se hicieron negocios exitosos, aunque con personas sórdidas, la ciudad fue también blanco de ataques piratas.
Después de un breve paseo por la terminal de cruceros, podremos refrescarnos en un bar al aire libre y conocer más sobre las condiciones actuales de la vida de los cubanos. Continuaremos con un recorrido por el Valle de los Ingenios, que, al igual que la ciudad de Trinidad, ha sido declarado y es preservado como Patrimonio cultural de la Humanidad por la UNESCO. La antigua riqueza de Trinidad se debió principalmente a la exitosa revuelta de esclavos en Haití, que llevó a muchos dueños de plantaciones de Haití a Cuba, para obtener nuevas riquezas allí, en particular porque en Cuba la esclavitud todavía estaba permitida en ese momento. La próspera producción agrícola de tabaco, café y, sobre todo, azúcar, dirigida por los cultivadores de tabaco canarios, los cafetaleros franceses y los barones del azúcar españoles, formó a esta Trinidad única, que ahora conquistaremos de una manera muy especial y sin contaminar el medio ambiente.
Poco a poco nos iremos acercando al centro de la pomposa ciudad. Alrededor de la Plaza Mayor, una vez más, los testimonios de la riqueza de los barones del azúcar nos impresionarán con su casco histórico único y casi total y auténticamente conservado, así como con los palacios de los ricos propietarios de plantaciones. También, autenticada históricamente y original es la "bebida regional" de Trinidad, la Canchánchara, que probaremos en el bar homónimo, mientras nuestro almuerzo se prepara. Después, recorreremos sus calles empedradas, visitaremos su antigua estación de trenes, con unas magníficas locomotoras de vapor y quizás recibamos una pequeña lección sobre cómo de manejaban.
Luego regresaremos, silenciosamente, a nuestro punto de partida, quizás algo tristes, pues de seguro nos gustaría pasar más tiempo explorando los rincones de Trinidad. Para concluir este recorrido, ciertamente excepcional, tomaremos una cerveza de despedida, un refresco a lo cubano, un coctel o cualquier otra bebida refrescante, mientras intercambiamos sobre las impresiones del día. Tal vez nos veamos nuevamente en uno de nuestros otros viajes en bicicleta eléctrica por la ciudad o en nuestros "recorridos por todo el país" para así poder afirmar que han experimentado Cuba de manera intensa y auténtica.